PROPUESTA PARTE 2

Estimados molineros, vuelvo a molestar su atención para seguir expresando algunas ideas, con la creencia, que aún habemos miembros en nuestra universidad que coincidimos con lo manifestado por el profesor R. Porturas, en su mensaje enviado el 25 de marzo cuando manifiesta mas o menos que un evento tan trascendental como son las elecciones del rector y los vicerrectores no deben ser el resultado únicamente de acuerdos por la simpatía o incluso la trayectoria de distinguidos colegas (asumiendo, como creo que no es, un simple juego de acomodos), sino que como debiera ser natural, en un centro superior de educación, las mas altas autoridades deben ser elegidas porque sus planes, proyectos, programas y equipos han sido expuestos, debatidos y la comunidad universitaria representada en la Asamblea Universitaria  ha sido convencida que son las mejores en las circunstancias actuales. En este sentido, la idea de cambio de denominación de la U. por la de Universidad de Ciencias Ambientales,  en la que creo, fue hecha con la sana intención de contribuir a que se incentive el inicio del debate de parte de los candidatos y/o los equipos que los apoyan, pero a dos meses de la elección, pareciese que nuevamente la elección será un himno al silencio de ideas y compromisos, es entonces necesario hacerles recordar a los distinguidos miembros de A.U., que como nuestros representantes serán también responsables de lo que ocurra con nuestra U. en el próximo quinquenio y que tienen la obligación de emitir un voto consciente e ilustrado, por lo tanto deberían ya activar los mecanismos adecuados para el debate programático, en esto seguramente la ADUNA puede contribuir; también creo que ha quedado demostrado que se debe elegir un equipo directivo con ideas, ideales y estilos de trabajo homogéneos. Quizá una forma de comenzar sería preguntarles a los candidatos ¿Cómo se imaginan que debería ser la Universidad dentro de unos 15 a 20 años?.    

Respecto a la propuesta de la denominación quiero compartir que he recibido algunos mensajes, varios de ellos apoyan la idea, sobre todo en la necesidad de hacer algo importante que nos despierte porque estamos dormidos hace algún tiempo en los antiguos laureles, algún mensaje  indica que el problema ambiental es un asunto de la minería y prácticamente no nos concierne, a este respecto si me permito discrepar profundamente, ya que si bien es cierto mencioné como ejemplo la Oroya, sin ser un conocedor del mismo estoy seguro que el intento de la recuperación pasa también por la forestación y/o muchas medidas de manejo agronómico de suelos, asunto que es propio de las actividades de la UNALM, otro ejemplo donde el medio ambiente está en peligro y nos atañe directamente, es la probabilidad cada vez mayor del agotamiento de la napa freática en Ica, el impacto ambiental del uso de pesticidas, de determinados tipos y formas de cultivo, que decimos de los: transgénicos, la biotecnología, la biodiversidad etc., etc, y otros mensajes que dicen que no se trata del nombre sino que tenemos que hacer investigación y muchas otras cosas más, respecto a esto último, es evidente que un cambio de nombre no es la solución del problema y que hace muchos años se está diciendo que tenemos muchísimas cosas que hacer, pero que lamentablemente no lo hemos hecho,  en la medida de lo que la realidad la ha exigido y la sigue exigiendo, creo que una decisión importante, como podría ser el cambio de nombre serviría como una especie "chispa de la vida", en el sentido de ser el impulso que de inicio a todo el proceso de mejora que se requiere.

Finalmente, en el contexto mundial, creo que pronto, la restauración del medio natural, se va ha convertir en la gran tarea ha realizar, como alternativa a la supervivencia, esto va ha demandar de expertos que conozcan los seres vivos desde sus estructuras más básicas a nivel celular, hasta el manejo integrado de especies, y que para logar un desarrollo sostenible, también se requerirán de expertos en la explotación racional de los recursos naturales entre los cuales están indudablemente el aire, los suelos, el agua, etc; el contexto nacional no se escapa a las necesidades mundiales con el adicional que en nuestro país tenemos una gran biodiversidad, una gran variedad climática, una gran variedad geográfica y una gran extensión marítima; en el contexto universitario nacional creo que es el momento mas oportuno para tomar un liderazgo indiscutido en  estos temas, teniendo en cuenta que ya se ha comenzado a "gatear" en todo este  quehacer académico y que es el momento de dar el impulso, mencionado en el párrafo anterior.

Atentamente,

Rino Sotomayor R.

Prof. DEI UNALM