De: Guillermo Aguirre Yato <gaguirre@lamolina.edu.pe>
Fecha: 9 de julio de 2009 19:01
Asunto: SOBRE LA ELECCION DE AUTORIDADES
Para: alumnosunalm@lamolina04.lamolina.edu.pe
Soy docente, Profesor Principal, del Dpto. de Suelos, Facultad de Agronomia, y me permito remitirles un comentario relacionado al proceso de elecciones de autoridades, para vuestra consideracion. Aclaro que NO SOY candidato, tan solo me anima a participar con algunas ideas.
Cordiales saludos,
Guillermo Aguirre
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A PROPOSITO DE LAS ELECCIONES DE AUTORIDADES:
QUE UNIVERSIDAD QUEREMOS
Un interesante ensayo psicológico consiste en explorar cómo las personas nos autopercibimos, cómo quisiéramos que nos vean, y cómo verdaderamente somos. Este mismo ensayo podría aplicarse a las instituciones, como la Universidad. De estos, lo más importante es como realmente somos, porque en los otros aspectos sesga mucho la subjetividad y la relatividad, si nos comparamos con las Ues. peruanas, estaremos catalogados como una de las más serias instituciones, pero si nos comparamos, en el esquema globalizante, con otras Ues., digamos europeas o norteamericanas, ni siquiera estamos en el famoso ranking de las 500 mejores Ues. el mundo.
Hace algunos años, por encargo de la ANR, se llevó a cabo una encuesta sobre la percepción que la población tiene sobre la Universidad Peruana. Los resultados mencionaban, a pesar de las limitaciones que la propia Universidad exhibe, un 73 % de la población si confía en ella, así como que en el ranking de instituciones que mayor confianza le inspira, la Universidad supera a otras entidades como la Defensoría del Pueblo, el Congreso de la Republica, las Fuerzas Armadas, los Partidos Políticos, los Sindicatos y los Gremios Empresariales, etc. tan venidos a menos en estos últimos tiempos en las que la confianza no es precisamente el atributo principal que las caractericen.
Otro dato interesante, a la pregunta, qué aspectos son más importantes en una Universidad, la gente responde que son el nivel académico, el acceso a becas y la investigación, acaparando el 62% de sus atenciones a estos rubros. Esto es coincidente con las conclusiones a la que arribaron en la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Educación Superior, celebrada en Paris, en 1998. Esta reunión, en la que participaron mas de 1500 personalidades, entre Ministros de Educación, Rectores, funcionarios, académicos, representantes estudiantiles, etc. señaló una crítica universal a la Universidad, concentrándose en los siguientes aspectos:
1) Falta de pertinencia: "la Universidad no cumple con las necesidades de la comunidad"
2) Falta de accesibilidad: "todos los que tienen capacidad intelectual adecuada no pueden tener acceso a la Universidad"
3) Falta de calidad: "los egresados no saben desempeñarse"
4) Falta de atención a los estudiantes: "la Universidad no da atención al estudiantes y a su proceso de aprendizaje"
De esta constatación se deriva los valores universitarios del Nuevo Paradigma para la Universidad moderna son: la EXCELENCIA (calidad), PERTINENCIA y EQUIDAD.
La excelencia o calidad, constituye la base incuestionable de la creación científica y del conocimiento. La pertinencia, se concibe como la respuesta crítica a las necesidades, demandas y carencias del entorno social. Y la equidad, como el acceso y distribución del conocimiento sin discriminaciones, ni marginaciones, especialmente, económicas.
Simulando gráficamente, como un TRIANGULO, el equilibrio dinámico de estos tres elementos otorgará la máxima eficiencia social a una Universidad.
¿Cuál es problema verdaderamente latente en nuestra Universidad? Desde hace años, es la carencia de liderazgo, la débil identidad, de sus miembros y la escasa participación en la vida institucional, sobre todo por la falta de canales.
Entonces, ¿Qué Universidad queremos?. Esa debería ser la primera pregunta a hacernos. Si queremos verdaderamente ser una AUTENTICA UNIVERSIDAD, MODERNA, COMPETITIVA, DE EXCELENCIA, PERTINENTE, EQUITATIVA Y PARTICIPATIVA, tenemos que identificar los componentes, objetivos, pasos, tareas a desarrollar, esto es dar un mayor impulso a la investigación, que ésta responda a las necesidades de desarrollo de nuestro país, que atienda las demandas de nuestra población, especialmente rural, como son la seguridad alimentaría y la nutrición, que se ocupe –también- de los pequeños productores, y no solo la agro-exportación, para esto no basta proponer la creación de un Vicerrectorado de Investigación, eso solo seria una decisión burocrática nada mas; que incorpore a su seno a lo mejor de nuestra juventud, cuya credencial de acceso sea fundamentalmente su talento y dedicación, ideando mecanismos de ayuda a nuestros estudiantes de menores recursos (becas, ayudas, asistencia alimentaria y medica, etc.); explorando y estableciendo vínculos con los sectores que vitalizan la economía (gremios empresariales, asociaciones de productores, etc.). Todo esto supone un mayor compromiso y desarrollo de nuestra identidad de molineros, y para que esto ocurra, se requiere una mayor participación en las decisiones más importantes de la Universidad.
La aparente apatía de profesores, alumnos, trabajadores, egresados, con los temas universitarios, tiene que ver con la escasez de canales de recepción de sus inquietudes, aspiraciones, deseos, etc. ¿Tiene sentido una Asamblea Universitaria que solo sirve para elegir indirectamente a las máximas autoridades?. Aun así, ¿nos sentimos realmente representados por –docentes y estudiantes- que negocian su voto y no traducen el real sentir de sus bases que los eligieron?. La apatía de la comunidad universitaria tiene mucho que ver con este sistema de entregar un cheque en blanco en la elección de autoridades. Tal vez fuera interesante copiar lo bueno que ha hecho la U. de Cajamarca, y que la ley ni el Estatuto lo impiden. Una elección DIRECTA, UNIVERSAL Y PONDERADA de autoridades por docentes, estudiantes, egresados y trabajadores, y con estos resultados, los miembros de la Asamblea Universitaria, tan solo ratifican lo que realmente la comunidad universitaria expresa democráticamente. He aquí un reto. Así no tendríamos que dentro de un quinquenio volver a lamentarnos de haber designado autoridades que no solo no relacionan o conversan con la comunidad universitaria, ni siquiera conversan entre ellos, amen de sus deficiencias de gestión, haciendo perder valiosos 5 años, en un mundo en el que el vértigo de los cambios es moneda cotidiana.
Queremos una buena Universidad, que sea reconocida nacional e internacionalmente, y esto depende principalmente de sus estamentos, o sea de los factores internos, de nosotros. Los factores externos (el presupuesto, el gobierno, las empresas, los egresados, etc.), son factores condicionantes. Lo interno es lo determinante. En este tema entonces, verificamos la ausencia de liderazgo, pero no liderazgo personal, sino un liderazgo colectivo, en el que en cada nivel los encargados tengan la capacidad de gestión y dirección. La última experiencia nos ha demostrado: no basta ser un buen investigador. He aquí la angustia de muchos, que no se sabe en que manos caerá el destino de un lustro de nuestra Universidad, teniendo nuestra U. un potencial en todos los terrenos amplio y desperdiciado.
Asimismo, se requiere un mayor compromiso con la Universidad. Hay que reconocerlo, mucho se usa la imagen de La Molina, tan solo para sacarle el provecho individual. Esto tenemos que cultivarlo, porque será parte de la cultura institucional. Es cierto, el maltrato económico del talento humano obliga a buscar en otros lugares, sosiego a las premuras económicas, pero, ¿por qué ocurre esto, si la propia Universidad puede proveer tranquilidad?
Durante la presentación de los potenciales candidatos a los máximos cargos organizada por la ADUNA, hemos podido constatar las buenas y valiosas intenciones, con un listado que cosas van a hacer si salen elegidos, pero no nos dicen el cómo, porque es sencillo ofrecer como los tradicionales políticos que se presentan en las elecciones presidenciales y congresales. Creemos que todos han aportado al debate, pero falta algo que es notorio y ostentoso, la capacidad de gestión y liderazgo, su dominio del tema universitario, las perspectivas, el contexto nacional e internacional, la investigación, el tema económico (tal vez el mayor condicionante), el mejoramiento de los recursos humanos, las nuevas tendencias en la educación superior, una visión filosófica del quehacer universitario, etc.
Por esto, nuevamente reiteramos. TODO DEPENDE de la capacidad de a quienes –la Asamblea Universitaria- van a elegir. Sería mejor hablar de DIRIGENTES UNIVERSITARIOS más que autoridades, porque esto trasluce autoritarismo, y encomendar el destino de la U a unas personas y no a un colectivo de personas. En este sentido el PERFIL del dirigente universitario debería considerar las siguientes características dominantes (adaptado del Instituto de Gestión y Liderazgo Universitario):
§ Una capacidad de gestión real, es decir el dominio de los principales conceptos y técnicas de gestión de las organizaciones, y especialmente de la organización universitaria.
§ Un pensamiento estratégico, que le permita una comprensión global de los problemas universitarios, en la inmensidad y complejidad de sus contextos: "contexto interno" de la institución y contexto de la sociedad a niveles local, nacional e internacional.
§ Sentido de innovación que le permita introducir cambios en la Universidad.
§ Un liderazgo que permita dirigir la comunidad universitaria con capacidad de convocar hacia soluciones y decisiones nuevas que, en algunos casos, resulten incluso el derribamiento de viejos esquemas.
§ Una ética fuerte, es decir la aceptación de servir los intereses profundos de la institución y del entorno, del saber, de la ciencia, y no los del aprovechamiento personal o de grupo.
107 años de existencia de nuestra Universidad, son suficientes, como para extraer enseñanzas, rescatar lo mejor de los episodios históricos y avatares, evitar los errores en base a las experiencias, propias y ajenas, y convertir de una vez por todas a la Universidad Nacional Agraria La Molina, como una de la mejores Universidades de América Latina y del mundo.
La Molina, 08 de julio de 2009
Guillermo Aguirre
Profesor Principal del Departamento de Suelos
Vicepresidente de la ADUNA
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