10-07-09

La Conferencia Mundial sobre Educación Superior celebrada en la UNESCO finalizó sus trabajos el 8 de julio con un llamamiento a los gobiernos para que incrementen sus inversiones, promuevan la diversidad y refuercen la cooperación internacional a fin de satisfacer las necesidades de la sociedad.

El mundo académico debe consolidar su función social

07-07-2009

"Cuando uno menos se lo espera, la educación no sólo resulta una fuente de utilidad, sino también de sabiduría", declaró Janyne Hodder, Presidenta del College of the Bahamas, en la mesa redonda dedicada a la responsabilidad social de la enseñanza superior.

La mesa redonda, celebrada en el marco de la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, examinó la manera en que la enseñanza de tercer ciclo podría aprovechar su función social para fomentar la paz, la libertad de expresión y el desarrollo sostenible.

En su discurso inaugural, Pierre Sané, Subdirector General de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO, afirmó que era esencial situar a la educación superior en el contexto de las dos crisis del siglo XXI: por un lado la pobreza aguda y la represión política, que afectan a millones de personas, y por el otro los desastres medioambientales de proporciones históricas.

"El cometido de la Universidad consiste en dotar a la sociedad de capital humano y proteger la libertad de pensamiento, de opinión y de expresión", acotó.

El Sr. Sané sostuvo que la otra función de la educación superior era "decir la verdad al poder". A menudo los profesores universitarios estaban ausentes del debate público, cuando en realidad su aporte era decisivo para lograr las transformaciones sociales.

"Es apropiado recordar que las universidades ya son de por sí agentes de responsabilidad social, pero que pueden hacer más", dijo la profesora Janyne Hooder. "Las universidades no son torres de marfil, ni son las únicas entidades competentes, ni son tampoco las sirvientas de otras organizaciones, sino que deben mantener un diálogo interactivo con la sociedad".

Entre otras propuestas específicas, mencionó la creación de premios y una nueva clasificación según el grado de responsabilidad social de las universidades, el aumento del número y la pertinencia de los intercambios estudiantiles de manera que, por ejemplo, alguien que estudie el calentamiento del planeta pueda comprobar personalmente sus efectos en un Estado insular como Bahamas, y la creación de redes de apoyo para el personal docente.

Los oradores también mencionaron la persistencia de desigualdades en materia de acceso. En Australia, el sistema de enseñanza superior fue reformado en 2007, pero todavía no ha alcanzado a los más pobres, los indígenas y la población rural, afirmó Denise Bradley, Profesora Emérita y ex Vicecanciller y Presidenta de la Universidad de Australia.

La oradora dijo que las universidades tenían la obligación de ser competitivas, pero también de ser justas y de incidir en el ciclo que genera la desventaja social.

El Secretario de Educación de la Ciudad de México, Axel Didriksson, manifestó que a fin de mejorar el acceso y la pertinencia de las universidades era preciso realizar cambios drásticos en los planes de estudio y en el proceso de aprendizaje y enseñanza, para que fueran más abiertos e incorporasen un mayor número de asignaturas transdisciplinarias.

Los países que han vivido años de conflictos bélicos han perdido la confianza en el poder de la educación superior, señaló David Francis, Director del Centro Africano de Estudios sobre la Paz y los Conflictos de la Universidad de Bradford. "En mi país, Sierra Leona, una vendedora me dijo en el mercado: 'Si la universidad es tan importante, ¿cómo es que tenemos esta terrible y sangrienta guerra civil?'. La paz es el factor más importante en situaciones posteriores a un conflicto. Sin paz no hay seguridad, ni desarrollo sostenible ni transformaciones".

Añadió que la población reclama que las universidades tengan un compromiso más notorio y de largo plazo con la comunidad, pero hasta el momento, en África no se ha invertido lo suficiente en educar para la paz.

Fadia Kiwan, profesora de la St. Joseph's University de Beirut, Líbano, afirmó que no necesariamente las fuerzas del mercado han de estar en contradicción con la misión de satisfacer las expectativas sociales.

"Los intelectuales deben ser la conciencia de la sociedad", declaró. "Deben ser un quinto poder que contribuya a civilizar a nuestra época".

Pero la universalización del acceso no garantiza la calidad. La profesora Kiwan dijo que era igualmente peligroso suscitar falsas esperanzas mediante la prestación de una enseñanza y una formación de poca calidad, que podrían ser fuente de decepción y radicalización.

Al resumir la sesión, Ramu Damodaran del PNUD puso de relieve una iniciativa que se lleva a cabo actualmente en el ámbito de la responsabilidad social. La iniciativa de las Naciones Unidas denominada Repercusión académica vincula a las instituciones de educación superior con las Naciones Unidas según diez principios aceptados universalmente.

El orador señaló que la comunidad académica tiene el potencial de convertirse en el cuarto pilar de las Naciones Unidas, junto a los gobiernos, la Secretaría y las ONG.

"No existe una disciplina académica que sea tan esotérica o complicada que no tenga una significación amplia para el mundo en general", declaró.