Comentario bloggero:
Interesante contextualización y buena redacción. Ahora fue más cauto y no alabó a la gestión saliente. Lo invitamos a responder a nuestros comentarios sobre el continuismo del que ya no se siente parte.




A LA ASAMBLEA UNIVERSITARIA Y A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA

Estamos en los inicios del nuevo milenio y los tiempos que corren, tanto en el Perú como en otros países, son ciertamente difíciles. Al igual que en otras oportunidades de recesión económica, los responsables de las políticas económicas analizan una y otra vez las previsibles correlaciones entre las variables macroeconómicas, intentando descubrir los mecanismos que les permitan, cuanto antes, mejorar las tendencias negativas de muchos de los indicadores económicos. Para mayor dificultad, las situaciones socioeconómicas sobre las que deben aplicarse las medidas de posible solución son cambiantes, distintas de las existentes hace sólo unos años; y progresivamente más interrelacionadas y complejas. Tal es el caso de la creciente globalización de las relaciones económicas, la aparición de bloques económicos como el Mercado Común Europeo, MERCOSUR en el caso de América del Sur, desaparición de fronteras comerciales en sendos ámbitos, la actual crisis económica a nivel mundial; han provocado entre otras muchas complicaciones de todo orden, un cambio sustancial de las estrategias en todo nivel de cosas, especialmente en lo referente a la conquista de mercados y mejoramiento de las condiciones de producción y comercialización de bienes y servicios. Se han introducido nuevos conceptos y éstas a su vez están en constante proceso de validación y mejoramiento continuo. La Universidad Nacional Agraria La Molina no está exento de las dificultades y los retos que debe enfrentar y cumplir, especialmente las responsabilidades y compromisos que nuestras autoridades deben honrar y satisfacer a cabalidad, en todos los campos que exige los sagrados objetivos de nuestra querida institución. Son nuestras autoridades las que no pueden ni deben soslayar estos procesos de cambio; más aún, no deben olvidar sus obligaciones y responsabilidades, en el cumplimiento de sus promesas o propuestas, deben obrar con la capacidad de decisión suficiente y tomar las decisiones más adecuadas, pertinentes, eficientes y eficaces, de manera consciente y responsable. Y no apoyarse en procedimientos que desdice los objetivos que se persiguen, que es la calidad y excelencia académica y administrativa. Ahora no es tiempo de improvisaciones, sino de tomar las decisiones más acertadas y que se elijan como nuevas autoridades a los elementos profesionales más capaces y transparentes.

Que el voto en la Asamblea Universitaria refleje una conciencia colectiva madura y responsable en pro de una gestión agresiva, dinámica, transparente. Optimizando el uso de nuestras capacidades físicas e intelectuales, nuestras fortalezas y mitigando nuestras debilidades, transformándola a mediano plazo en fortalezas.

Me he visto obligado a enviarles esta misiva, con el firme propósito de intentar hacerles enrumbar hacia otras formas de actitud y práctica de nuestra comunidad universitaria. No sobre la base de pre acuerdos subalternos, que lo único que finalmente consiguen es la desmoralización y la frustración de toda la comunidad universitaria. Y que no están realmente comprometidos con los sagrados intereses institucionales, que buscan… ¡no! una administración racional y coherente, sino seguir haciendo lo mismo de siempre.

Implementemos una política de mejoramiento continuo, sobre la base de las acciones y avances positivos obtenidos hasta la fecha, ordenemos nuestra casa, para futuros retos más complejos y diversificados. Siento como que nuestra Universidad es una nave que se halla en un mar tempestuoso, donde se requiere las pericias, las mejores experiencias y los mejores conocimientos de aquellos que van a enrumbar esta nave, para no naufragar y dirigirnos hacia un destino que sea el inicio de un engrandecimiento y fortalecimiento integral de nuestra Alma Mater, en un entorno altamente competitivo y complejo.
Debemos ser exigentes y estrictos, porque cualquier error que se cometa lo pagará nuestra institución y finalmente nuestras familias, agricultores, campesinos y quizá los más pobres.

A los estudiantes, en mi calidad de ex-dirigente del CEIA, creador de los Ciclos Optativos de Profesionalización y co-fundador de la primera academia pre-universitaria que fuera gratuita del CEIA, les recomiendo estudiar a conciencia, por Uds. mismos, por su familia y por su futuro. Sólo de esta manera estarán en condiciones de exigir calidad y excelencia. No queremos prostituir el término "CALIDAD y EXCELENCIA" como lo pueden estar haciendo otras universidades, que no se encuentran en condiciones reales de ofrecer tal nivel.

A los trabajadores, en mi calidad de ex-luchador social, les pido que cambien sus posesiones de intransigencia y de peticiones economicistas, a alternativas y peticiones políticas, como de exigir un manejo y gestión eficiente, equitativa y transparente, mediante la institucionalización de políticas de sinceramiento en tal sentido. Que la base del trabajo, su retribución e incentivos sea: ” A cada quien según su trabajo y de cada quien según su capacidad” y “que todo error se pague”.

Por último quisiera reproducir una breve declaración de K. Matushita, uno de los grandes exponentes de la Administración Mundial e inversor del Japón, en su visita a Inglaterra: "Para Uds., la esencia de la gestión consiste en tomar ideas de las cabezas de los directivos y ponerlas en manos de los operarios. Para nosotros, la esencia de la gestión es precisamente el arte de movilizar los recursos intelectuales de todo el personal y ponerlos al servicio de la empresa. Dado que nosotros hemos evaluado mejor que vosotros los desafíos económicos y tecnológicos; sabemos que la inteligencia de un grupo de directivos, por muy brillantes y capaces que sean, no basta para garantizar el éxito". Me despido afectuosamente, esperando se tome conciencia del rol que les asiste cumplir a los integrantes de la Asamblea Universitaria en las actuales circunstancias, y estén a la altura de las exigencias que nuestra Alma Mater requiere.

Atentamente,
Ing. M.B.A Armenio F. Galíndez Oré.